Es lunes, llueve a cántaros, todo está plomizo, siento una tristeza premonitoria, de esas tristezas que me avisan que algo no está bien, o que algo no estará bien en un rato. Sin embargo salto de la cama y salgo a la calle. Y si. Algo anduvo muy mal, y en mi llovieron tantas lágrimas como gotas sobre esta mañana.
3 comentarios:
Siempre que llovió paró
¿y siempre que lloró?
también.
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