Imágen Javier Giovannelli

domingo, 10 de octubre de 2010

Pink

El cuerpo desgarrado para que el dolor drene.
No es verdad que las chicas como yo no lloremos,
no es cierto que nada  nos duela demasiado.

Es sólo que como mamá nos enseñó:
siempre la sonrisa.
Aunque duelan los zapatos
aunque duelan los golpes,
aunque apriete el vestido,
aunque paralice el miedo,
aunque falte el aire...

Sonreir.
Sonreir y confiar.

Confiar en que otro caballero
vendrá a rescatarnos,
confiar en que los zapatos
dejarán de doler,
confiar en que los golpes
estallarán en otro cuerpo,
confiar en que el vestido
va a ceder,
confiar en que el miedo
se evaporará en un suspiro,
confiar en que el aire
nos llenará la existencia.

Y si nada de esto pasara
seguiremos sonriendo.

4 comentarios:

Eva dijo...

Laura: leo siempre tu blog desde el silencio, nunca me atrevo a dejarte un comentario, esta vez si. Yo fui mujer golpeada y este poema tuyo me movilizó mucho. Gracias.

Laura Elias dijo...

Gracias a vos Eva.

Ana dijo...

Laura: me gustó mucho el poema, gracias por ponerle palabras a la tristeza que siento. un beso, ojalá un dia nos podamos conocer.

Laura Elias dijo...

Gracias Ana.

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