Imágen Javier Giovannelli

sábado, 23 de octubre de 2010

Extrañar

Si ya sé, ya sé, yo también quisiera ser la nena que vos soñás, pero no puedo, ¿entendés? A mi me aburren los chicos serios y la tele y también me aburren las muñecas. ¿Te acordarás? ¿ Te acordarás Mami? ¿Te acordarás allá de que a mi me aburrían las muñecas? ¿Te acordarás de mi todavía?
Mamá me llama desesperada y yo me tapo los oídos para no escucharla. Mis brazos raquíticos no la alcanzan y mis manos torpes manchan su lápida con sangre. Las flores fúnebres que escupo me aseguran que es en vano tal hazaña. Pero yo sé que bastaría con olvidar algunas palabras para traerla una vez más.
Si tan solo pudiera abrazar por última vez su cuerpo inerte y decirle que la extraño, que mis palabras la extrañan, que mi lengua teme pudrirse por no nombrarla y mis manos se vuelven rocas por no escribirla y yo me vuelvo cadáver y sobria mesura como Laura Ingalls.

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