Porque leí en la palma de tu mano
que nuestra historia era imposible,
es que no me importo nada el fracaso
y seguí adelante sin temor del dolor
que me causaría la herida.
Porque supe que cuando tu boca
decía te amo, tu voz sonaba a despedida,
es que bajé como un gladiador romano
a la arena y di batalla con todo coraje,
aún sabiendo que ya me habías derrotado.
Porque no le temo ni al dolor,
ni a la derrota, ni al fracaso,
ni a la muerte, ni al enemigo,
es que me atrinchero en tu recuerdo
y anido en vos como un fantasma.
4 comentarios:
Me asusta leerte tan salvaje...
A vos te asusto yo nenito!
Nena está tremendo este texto. Me gustan esos ejes, territorios,disputas, me gusta.
Gracias Leo!!!!!
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