Imágen Javier Giovannelli

martes, 4 de octubre de 2011

Paralelas

Mi pulso no late como el suyo.
Mi pulso es liviano, rápido, lábil
como las amapolas...
El suyo es lento, denso, sabio
como las cerezas.
Mi respiración no sigue su ritmo.
Mi respiración se agita, se entrecorta
la de él es profunda, entera, feroz.
Sin embargo,
mi boca lo llama a gritos,
mi cuerpo le reclama al suyo
que se vuelva cuenco para contenerlo.
Mis sueños esperan
ser velados por sus ojos.
Y mis deseos desesperan
por verlo llegar.
Y en esta primavera fría
me pregunto:
¿Si el amor y el deseo son la misma cosa?
¿Si el deseo es el reino de lo absoluto?
Y si eso que llaman amor no será más,
que la eterna fantasía
de que dos caminos paralelos se crucen.

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