Imágen Javier Giovannelli

jueves, 4 de agosto de 2011

Dejar(se) ser

Abrir todas las compuertas y dejar que el agua todo lo lleve o todo lo traiga. Cerrar las ventanas del miedo y clausurar el paso a la incertidumbre. Dejarse roer. Dejarse ser en otro. Sin resistencias, como si el otro, el que roe, fuese parte de uno, pero no. Dejarse iluminar hasta que duela, hasta que la luz muestre lo más oscuro y ya no haya espacio para el temor, ni herida que ocultar. No pensar ni el principio ni el final. Dejarse transitar, como camino manso que no sabe a dónde irá y tampoco lo pregunta. El fluir permanente de algo que no se puede describir. Drenar las heridas y saber que ya no queda nada del ayer. Tal vez sólo la anécdota de un pasado que nos construyó a su imagen y semejanza. Abismarse a lo desconocido sin precauciones. Escribir con un pez que te mira fijo pero no asusta.

2 comentarios:

Paraclito dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Paraclito dijo...

Si, dejarse ser, el único camino posible...

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