Leyeron por obligación este blog y se hicieron fans!!! Bienvenidos nuevos lectores.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Imágen Javier Giovannelli
martes, 19 de abril de 2011
domingo, 3 de abril de 2011
Pegame y llamame Marta
Hoy, a un chico que tiene su blog, escribe en la revista Ohlalá, y al que sus amigos adulan publicamente le mandé un mensaje que decía: En mi opinión escribís muy mal y además tenés horribles faltas de ortografía, alguien tenía que decírtelo.
Para mi sorpresa el mensaje tuvo respuesta: Si venís a mi casa con botas altas, un látigo en la mano y te parás detrás de mi mientras escribo las notas, prometo hacerlo mejor.
Me encanta la gente con sentido del humor.Tengo un amigo más en Facebook.
Para mi sorpresa el mensaje tuvo respuesta: Si venís a mi casa con botas altas, un látigo en la mano y te parás detrás de mi mientras escribo las notas, prometo hacerlo mejor.
Me encanta la gente con sentido del humor.Tengo un amigo más en Facebook.
Horror Shopping
Hace algunas semanas estoy buscando un libro por distintas librerias y no lo consigo. Cansada y llena de pesar, me resigné a ir a la librería de un shopping y probar suerte. El lugar estaba atestado de gente, hacia donde mirara el paisaje era el mismo: infinidad de cabezas corriendo en distintas direcciones.
Parejas con niños pequeños, que van al shopping de tarde planeando algún tipo de paseo agradable para ellos, y se encuentran con la desagradable obviedad de que los pequeños se neurotizan con tantísima gente a su alrededor y no hay chupete que logre acallar sus chillidos.
Parejas con niños más grandes, cuya voracidad por el consumo ya ha despertado, y que no logran hacer que sus niños entiendan que la trampa número uno del capitalísmo es mostrarte todo lo que no podés tener y hacerte creer que si sos mejor empleado y te dejás explotar un poquito más, tal vez accedas a ellas.
Adolescentes que encuentran en el shopping un lugar donde tocarse con sus noviecitos, lejos de la mirada de sus padres y de las miradas de todos los que por ahí circulan sumidos en la alienación de comprar lo que sea.
Matrimonios con caras de aburridos tomados del brazo, que mientras la señora mira en la vidriera la última tostadora del mercado, el señor aprovecha para mirarle el culo a la chica que pasa sin ninguna intención de ser disimulado.
Gente que habla a los gritos por celular. Larguísimas colas en las puertas de los fast food, llenos de gente deseosa de pagar para ser alimentados con mierda. Mujeres enloquecidas en los locales de ropa que no comprenden por qué el pantalón que al maniquí le sienta perfecto a ellas les queda un espanto. Maridos con cara de estar hartos de ver ese espectáculo en cada local al que entran.
Ancianos que eligen leer los diarios en esos pseudo bares que son como vidrieras, en los que la gente se sirve sola, habla a los gritos y paga carísimos los cafés más feos del mundo.
Padres divorciados con sus niños a cuestas tratando de levantarse a las vendedoras de los locales y escapando de las divorciadas que pasean con sus respectivos niños, porque la idea de agregar uno más a los suyos los aterra.
Grupos de chicas adolescentes que gritan y se empujan y se corren por los pasillos como en los recreos del colegio. Matrimonios que discuten como si nadie los viera y nada les importara. Hombres que se plantean cuán necesaria es la cafetera eléctrica con reloj digital, porque el microondas tiene reloj, la heladera también, pero la cafetera no y sería útil que lo tuviera... . Gente que como no encuentra el jean de tres bolsillos que buscaba decide ir a otro shopping para ver si lo consigue.
En medio de esa jungla llegué al tercer piso del shopping, entré a la librería, busque un vendedor, pagué mi libro y salí corriendo con Sylvia Plath agarrada de mi mano y felíz de que por una vez en la vida, yo no era la protagonísta de una escena tan patética.
Parejas con niños pequeños, que van al shopping de tarde planeando algún tipo de paseo agradable para ellos, y se encuentran con la desagradable obviedad de que los pequeños se neurotizan con tantísima gente a su alrededor y no hay chupete que logre acallar sus chillidos.
Parejas con niños más grandes, cuya voracidad por el consumo ya ha despertado, y que no logran hacer que sus niños entiendan que la trampa número uno del capitalísmo es mostrarte todo lo que no podés tener y hacerte creer que si sos mejor empleado y te dejás explotar un poquito más, tal vez accedas a ellas.
Adolescentes que encuentran en el shopping un lugar donde tocarse con sus noviecitos, lejos de la mirada de sus padres y de las miradas de todos los que por ahí circulan sumidos en la alienación de comprar lo que sea.
Matrimonios con caras de aburridos tomados del brazo, que mientras la señora mira en la vidriera la última tostadora del mercado, el señor aprovecha para mirarle el culo a la chica que pasa sin ninguna intención de ser disimulado.
Gente que habla a los gritos por celular. Larguísimas colas en las puertas de los fast food, llenos de gente deseosa de pagar para ser alimentados con mierda. Mujeres enloquecidas en los locales de ropa que no comprenden por qué el pantalón que al maniquí le sienta perfecto a ellas les queda un espanto. Maridos con cara de estar hartos de ver ese espectáculo en cada local al que entran.
Ancianos que eligen leer los diarios en esos pseudo bares que son como vidrieras, en los que la gente se sirve sola, habla a los gritos y paga carísimos los cafés más feos del mundo.
Padres divorciados con sus niños a cuestas tratando de levantarse a las vendedoras de los locales y escapando de las divorciadas que pasean con sus respectivos niños, porque la idea de agregar uno más a los suyos los aterra.
Grupos de chicas adolescentes que gritan y se empujan y se corren por los pasillos como en los recreos del colegio. Matrimonios que discuten como si nadie los viera y nada les importara. Hombres que se plantean cuán necesaria es la cafetera eléctrica con reloj digital, porque el microondas tiene reloj, la heladera también, pero la cafetera no y sería útil que lo tuviera... . Gente que como no encuentra el jean de tres bolsillos que buscaba decide ir a otro shopping para ver si lo consigue.
En medio de esa jungla llegué al tercer piso del shopping, entré a la librería, busque un vendedor, pagué mi libro y salí corriendo con Sylvia Plath agarrada de mi mano y felíz de que por una vez en la vida, yo no era la protagonísta de una escena tan patética.
Miriam
Dejá de leerme y laburá! jajaja!! Gracias por leerme, me llena de alegría saber que andás por ahí y más todavía sabiendo que sos leonina como yo. Gracias totales!! Besos!.
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sábado, 2 de abril de 2011
Camas salvajes
Me gustan las camas desprolijas, tibias, que huelen a alcohol y a sueños pesados. Me gustan las camas con perfumes densos y dulces. Me gustan las camas que guardan historias y olvidan nombres. Las camas feroces, que asfixian, que dejan sin aliento.
Me gustan las camas que llevan días sin armarse y las sábanas se mezclan en las piernas como si hubiera alguien más durmiendo en ellas. Me gustan las camas que huelen a sexo sucio y a revolcones salvajes. Me gustan las camas que desatan tormentas. Me gustan las camas que cuentan secretos. Me gustan las camas que son como cuencos profundos donde anidar.
Me gustan las camas que invitan a siestas eternas a plena luz del día y develan misterios prohibidos en la oscuridad de la noche. Me gustan las camas pesadas, esas que te atrapan y sumergen y a las que hay que pedirles permiso para poder salirse de ellas.
Me gustan las camas que te tatúan su perfume en la piel y te duermen con su arrullo al oído. Me gustan las camas caóticas, en las que es imposible contar ovejitas o lo besos que te caben en la espalda. Me gustan las camas que no preguntan, las camas a las que no les importa el pasado. Me gustan las camas a las que no les inquieta el futuro.
Me gustan las camas que embriagan sin tregua, que sacuden, que desarman, que hacen perder la razón, el pudor, la vergüenza. Las camas sin tiempo, ni despertadores, ni normas, ni horarios. Las camas sin apuros. Las camas anárquicas, en las que se sabe cómo se duerme, pero jamás cómo se despierta.
Me gustan las camas que llevan días sin armarse y las sábanas se mezclan en las piernas como si hubiera alguien más durmiendo en ellas. Me gustan las camas que huelen a sexo sucio y a revolcones salvajes. Me gustan las camas que desatan tormentas. Me gustan las camas que cuentan secretos. Me gustan las camas que son como cuencos profundos donde anidar.
Me gustan las camas que invitan a siestas eternas a plena luz del día y develan misterios prohibidos en la oscuridad de la noche. Me gustan las camas pesadas, esas que te atrapan y sumergen y a las que hay que pedirles permiso para poder salirse de ellas.
Me gustan las camas que te tatúan su perfume en la piel y te duermen con su arrullo al oído. Me gustan las camas caóticas, en las que es imposible contar ovejitas o lo besos que te caben en la espalda. Me gustan las camas que no preguntan, las camas a las que no les importa el pasado. Me gustan las camas a las que no les inquieta el futuro.
Me gustan las camas que embriagan sin tregua, que sacuden, que desarman, que hacen perder la razón, el pudor, la vergüenza. Las camas sin tiempo, ni despertadores, ni normas, ni horarios. Las camas sin apuros. Las camas anárquicas, en las que se sabe cómo se duerme, pero jamás cómo se despierta.
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Poesías
Cumple Javo
Hoy es el cumpleaños de Javo, un amigo del secundario con el que he compartido incontables recreos. Javo era en aquella época un chico sensible y amoroso. Por muchos años, nos perdimos el rastro. No tuve noticias suyas. Luego gracias a FB nos volvimos a encontrar. Y resultó que, apesar de los muchos años que pasaron y de que ahora Javo vive lejos muy lejos, sigue siendo un chico sensible y amoroso, con una familia bellisima e increíble y un tremendo fotógrafo. Y fotógrafo generoso además, ya que este blog es lindo porque Javo me presta todas sus fotos para embellecerlo.
En tu cumple solo quiero desearte que la vida de toneladas de todo lo que desees y que la vida te brinde sólo buena fortuna. Muy Feliz Cumplaños y un abrazo fuerte, fuerte!
En tu cumple solo quiero desearte que la vida de toneladas de todo lo que desees y que la vida te brinde sólo buena fortuna. Muy Feliz Cumplaños y un abrazo fuerte, fuerte!
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