Los pies descalzos al sol. El cuerpo relajado, la mente dispersa. Imaginando por qué no fue lo que no ocurrió y por qué si lo que sucede. Laberintos sin sentido en los que elijo perderme de tanto en tanto. Los ojos cerrados y de fondo el sonido del agua. En medio de tanto ruido aterrador, me gusta saberme una isla.
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