El deseo es el reino de lo absoluto
morir deseando, agonizar de deseo.
Saber que todo se ha perdido
y que no restan lágrimas
para lamentarse.
Saber que es tarde para todo
que ya no hay esperanzas
y que la desesperación es árida.
Saber que el olvido duele
que la angustia estrangula mi garganta
que no hay palabras que te traigan a mi.
Saber que otros brazos te tocan
que otras voces te hablan al oído,
y que yo me seco en tus recuerdos
como las hojas de este otoño.
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